Esta es una de las piezas que Mariemma heredó de Antonia Mercé a mediados de los años 40. A partir de 1945, aparecen en los programas de mano de sus recitales notas que señalan la utilización de estas adquisiciones en diferentes piezas del repertorio. En este caso, para Córdoba de Isaac Albéniz, aunque la coreografía estuvo en su repertorio desde 1940, se entiende que con otro vestuario anterior.
El cuerpo del traje es de tul negro con abalorios de azabache. La falda es negra con volantes de seda, algunos con brocado de seda en rojo y verde, originales del vestido, y otros de raso negro, añadidos con posterioridad.