El 26 de Julio elegido el día para honrar a los abuelos y se hace coincidir con el santoral católico de los Santos Joaquín y Ana, los padres de la Virgen María.
Íscar se suma al homenaje a los abuelos con esta joya de corriente flamenca de 500 años de historia, “El abrazo ante la Puerta Dorada”, en la cual aparecen simbolizados San Joaquín y Santa Ana, fundidos en un abrazo ante la noticia de la llegada de María. Es una de las doce tablas principales del monográfico mariano del retablo mayor plateresco del segundo tercio del siglo XVI de la Iglesia de Santa María de los Mártires.
Ha sido atribuido por Caamaño y Brasas al círculo de Juan de Borgoña, aunque podría ser más bien obra del círculo del Maestro de Becerril, si no del propio artista. Se trata de un magnífico retablo distribuido en tres cuerpos y cinco calles, acogiendo entre otros elementos, como la propia talla de la patrona de Íscar, la Virgen de los Mártires, doce pinturas sobre tabla con escenas de la vida de la Virgen María.
Juan González de Becerril, conocido como el Maestro de Becerril, es muy próximo al circulo de Berruguete y Juan de Flandes. (1) El estilo del Maestro de Becerril suele tener influencias de Berruguete en los tipos humanos, principalmente en los femeninos de rostros ovalados, con los párpados casi cerrados mirando hacia el suelo, nariz recta y boca pequeña ligeramente fruncida. De Juan de Flandes en el tratamiento del paisaje, el gusto por los edificios en ruinas, la luz y el paisaje en la lejanía con rocas escarpadas. Asimismo se muestra receptivo a la influencia de los grabados que llegan a la Península procedentes de Italia y que apreciamos en las representaciones de las arquitecturas interiores.
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(1) ANGULO IÑIGUEZ, D. “El maestro de Becerril”. Archivo español de arte y arqueología, 1937, p. 16
Fotografía por gentileza de Rosa Merino.