PUENTE BLANCA – PUENTE MEDIEVAL
A lo largo de la historia, la comunicación ha sido clave para el progreso y desarrollo de los pueblos. Un factor fundamental en la comunicación eran los puentes. Nuestra tierra y comarca conserva hoy puentes perfectamente conservados o restaurados y en otros casos restos arquitectónicos de puentes, que fueron testigos del momento en que se mandaron construir. De aquellos mandatos por Condes y Reyes de levantar puentes, para facilitar el paso de mercaderes, ganaderos y otros viajeros, se denota la importancia de nuestra tierra, circundada por dos cañadas Reales, la Cañada Oriental Leonesa y la Cañada Burgalesa, amén de otras carreras y cordeles de menor distancia que comunicaban las principales vías con los núcleos de población.
De Segovia a Valladolid se podía también viajar por un camino real más directo a través de Narros y Fresneda de Cuéllar, que antes de llegar a Remondo se dividía en dos ramales: uno llevaba a Íscar, cruzando el Pirón por un puente de madera en las inmediaciones de Remondo; otro, por la margen derecha de ese río, pasaba por encima del puente de piedra sobre el arroyo Jaramiel y llegaba hasta la puente Blanca.
Así se cita el puente, en las antiguas descripciones de los recorridos de viajeros. La Puente Blanca, nombre en femenino como denominaron al puente, cruza el río Pirón, está fechado posiblemente en el siglo XV- XVI, debido a su estilo arquitectónico y la comparación con otras construcciones similares en la zona.
Puente de dos ojos, realizado en piedra caliza, cuyo tamaño original quizá fue modificado a mediados del siglo XVIII, aumentando la altura del pasamos al levantar nuevos sillares de piedra. Sin embargo, si se sabe que su antiguo nombre era “Sanchesgudo”, debido a su proximidad a esta aldea, despoblada a mediados del siglo XVI.
La reforma del puente fue promovida y solicitada por el Regimiento de Villa y Tierra de Íscar, que acordó pedir licencia al Consejo de Castilla, para reparar los puentes, pontones y calzadas de la jurisdicción, aprovechando que Cuéllar había obtenido autorización para construir un puente nuevo de piedra sobre el Cega, junto al convento del Pino, que sirviera “para el paso de la calzada de Aranda, Burgos, Salamanca y las Reales Salinas de la villa de Aymón”[1]:
[1] AHPV: pt. 10544, fº 97, 29-VI-1756. Cita del libro Villa y Tierra de Iscar. ARRANZ SANTOS, C. 1995
PUENTE DE LAS CABRAS DE ÍSCAR
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Entre otros puentes, se conserva en Íscar un puente de gran interés histórico y sobre todo por su importancia popular y etnográfica. Un pequeño puente de un solo ojo, construido posiblemente coetáneo al de Puente Blanca.
Puente que salvaba en el camino de Cuéllar y del molino del Rodero, la cacera o arroyo de la Hondonada, el cual recoge también el agua del caz llamado Chamartín, y desemboca en el río Pirón, a la altura “de la hondonada”.
“El prado Angosto, perteneciente a los propios del concejo de Iscar lindaba “al oriente con la Puente de las Cabras…a norte con un escobar que llaman el Regalicial”.
Ensenada: LPS, fº 41. Cita del libro Villa y Tierra de Iscar. ARRANZ SANTOS, C. 1995
ERMITAS Y CRUCEROS
La ermita del Humilladero está situada a la entrada de la población por el camino de Cogeces de Íscar. Fue mandada construir en 1553 por la cofradía de la Vera Cruz para veneración del Santo Cristo del Humilladero, talla del siglo XVII. En el exterior de uno de sus muros se halla incrustado un crucero de piedra con la imagen de Cristo Crucificado, de finales del siglo XVI. Otros cruceros semejantes pueden contemplarse junto a la iglesia de San Pedro y en la calle Cristo del Arroyo.
CASAS NOBILIARIAS
A lo largo de la calle Real de Íscar pueden aún contemplarse antiguas casas solariegas, cuyas fachadas ostentan las armas de los hidalgos que antaño mandaron edificarlas: Benito Salazar, Herrera, Caviedes, etc.